Enfermeras del hospital Dr. Raúl Leoni, en Guaiparo, y sobrevivientes al cáncer de mama, envían un mensaje de apoyo a las mujeres que padecen esta enfermedad durante la crisis humanitaria en Venezuela.
Prensa Codehciu /Fotos Codehciu
En medio de la emergencia humanitaria compleja y de la pandemia por Covid-19, lidiar con una enfermedad como el cáncer de mama es aún más difícil. Enfermeras guayanesas, y sobrevivientes de esta enfermedad, cuentan su experiencia, y explican el complicado panorama del sector salud actual que ha empeorado con los años.
En el mes rosa la Comisión para los Derechos Humanos y la Ciudadanía (Codehciu) se dispuso a recolectar historias de mujeres guayanesas que padecieron en algún momento cáncer de mama, y siguen aquí contando sus vivencias para dar aliento a las pacientes en sus tratamientos.
Entre las denuncias que destacaron sobre el tratamiento contra el cáncer de mama, salió a relucir la falta de radioterapias en Ciudad Guayana, y el alto costo de los medicamentos, quimioterapias y radioterapias por vías privadas.
Desapego del sistema de salud
Maritza Moreno es una sobreviviente. Ella es enfermera del hospital Dr. Raúl Leoni, en Ciudad Guayana, y recibió el diagnóstico cuando tenía 51 años, quince días después de que su hijo se fuera a vivir a Chile. “Pensé que no lo volvería a ver”, se lamenta y cuenta que quedó aturdida por unas horas debido a la impactante noticia.
Al ser enfermera, estar al día con los chequeos y trabajar en el hospital en Guaiparo, no esperaba convertirse en una paciente. “Recibí la noticia sola y quedé en shock”, explica. No recobró fuerzas hasta que un doctor amigo la tranquilizó esa misma mañana, diciéndole que lo iba a superar: “No eres la primera ni la última persona que pasará por este proceso y a la vuelta de un año lo tendrás todo controlado”.
Moreno cuenta que la parte más difícil del proceso fue conseguir los medicamentos y las sesiones de quimioterapia. De 18 quimios necesarias, el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales le garantizó las 2 primeras; el resto del tratamiento y las 3 cirugías que necesitó fueron costeados con el apoyo de familiares y amigos.
Al año y medio, luego de una lucha llena de valor, superó el cáncer. Ahora tiene 55 años, y desde entonces asiste a controles regulares y preventivos. Maritza comenta que es fácil deprimirse. Empezó la batalla junto a 21 mujeres y al día de hoy solo sobrevivieron 5 de ellas: “No todas pueden cumplir con su tratamiento como deberían, dejan espacio entre sus quimios y eso imposibilita su recuperación”.
“Si para mí hace cuatro años fue fuerte, ¿qué quedará ahora para los pacientes?”, alerta Moreno, haciendo énfasis en las dificultades para pagar y conseguir las quimioterapias en Bolívar.
Segundas oportunidades
“Creí que iba a morir, pero es una mentira; si te diagnostican a tiempo, sigues las instrucciones del médico y confías en Dios, tienes la batalla ganada”, así lo asegura Yrma Salazar, enfermera del hospital Dr. Raúl Leoni; “confío plenamente en Dios y la ciencia médica.”
Aunque es trabajadora desde hace décadas en el hospital, reconoce que la condición del edificio, la dotación de insumos y medicamentos son paupérrimas. Por eso acudió directamente a una clínica privada en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, que logró costear con mucho sacrificio y apoyo de su familia. En año y medio pudo vencer el cáncer.
De toda su experiencia aprendió que sobrevivir al cáncer de mama “te cambia la percepción de la vida, te inspira ayudar a los demás y a ser más responsable con tu propia vida”.
Salazar alerta a las mujeres sobre el peligro de dejarse llevar por la depresión: “No te encierres, la enfermedad te agarra más rápido y te consume”. Recomienda ocupar la mente en ayudar a los demás, mantener un ritmo de vida sano y buscar ayuda psicológica.
Aferradas al cambio
“Inmediatamente lo que pensé fue que voy a morir. Pensé en la muerte. Fue un impacto para mí. Me estaba haciendo unos estudios, cuando me llama mi doctor y me da la noticia, que tengo unos nódulos que tiene que estudiar. Después me confirma que sí, que tenía cáncer”, cuenta Olga Sifontes, sobreviviente de cáncer entre 2009 y 2010.
Sifontes asegura que se aferró a su fe cristiana para sobrellevar el proceso y superar el cáncer. Hoy en día se siente muy bien, y recomienda a las mujeres que ahora mismo luchan contra la enfermedad: “El temor te arropa, no te deja ver más nada. Hay que voltear ese temor, y llevarlo de mejor manera”.
Según cifras de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), en 2017 fallecieron más de 26.510 personas debido a diversos tipos de cáncer y se registraron 52.855 nuevos casos ese mismo año.
El informe de la SAV de 2017 explicó que: “referente a la mortalidad e incidencia para cáncer de mama, los datos históricos muestran que hubo un aumento de fallecidos y nuevos casos a través de los años 1990-2013 y se estimó que este comportamiento se mantendría entre los años 2014-2016. En particular, para el año 2016 habría un aumento de 11,4% en cuanto a las defunciones, es decir, 7 decesos más por cada 100.000 mujeres”.
La Organización Panamericana de la Salud advierte que cada año en el continente más de 462.000 mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama, y alerta que “si las tendencias actuales continúan, para el año 2030 se prevé que el número de mujeres diagnosticadas con cáncer de mama aumente en un 34%”.
El Informe sobre la situación del Derecho a la Salud de la población venezolana en el marco de una Emergencia Humanitaria Compleja, publicado en 2018, alertó que “8.000 mujeres con cáncer de mama no tienen acceso al 90% de los medicamentos de quimioterapia que necesitan para sobrevivir. Tampoco están disponibles los reactivos para realizar estudios de gammagrama óseo ni equipos de radioterapia”.
En este mes dedicado a la prevención del cáncer de mama, el gremio de enfermeras de Guayana expresa un mensaje a las mujeres de todas las edades en Bolívar: “La prevención es básica”, y que a pesar de la emergencia humanitaria compleja que padece Venezuela, seguir luchando es la mejor opción.